Nuestro equipo de dermatología pediátrica se encarga de diagnosticar y tratar una amplia variedad de afecciones cutáneas en bebés, niños y adolescentes como: dermatitis atópica, problemas cutáneos asociados a alergias, infecciones cutáneas o acné.
En Medeho somos expertos en dermatología en Zaragoza, ofreciendo a nuestros pacientes, tanto adultos como niños, el tratamiento médico y quirúrgico de trastornos y enfermedades de la piel garantizando una atención personalizada.
¿Qué tratamos dentro de la dermatología pediátrica?
La piel de los niños juega un papel fundamental durante su infancia. Durante esta etapa la piel se encuentra en pleno desarrollo, y, por ello, requiere un cuidado específico que difiere del tratamiento común para la piel adulta.
Tratamos diversos problemas cutáneos comunes durante la infancia, entre los que se encuentran:
Nuestro método: Enfoque integral del cuidado de la piel
En Medeho adoptamos un enfoque integral de la dermatología pediátrica para tratar las afecciones cutáneas de los más pequeños.
Durante el proceso, damos los siguientes pasos:
1. Valoramos el estado nutricional
Analizamos el impacto de la dieta habitual y sus carencias en la salud cutánea, proponiendo ajustes que fortalezcan tanto la piel como el organismo.
2. Estudiamos el entorno emocional del pequeño
Consideramos que el bienestar emocional de los más pequeños es fundamental en el ámbito de la dermatología pediátrica, ya que factores como el estrés o la ansiedad pueden agravar afecciones como la dermatitis atópica.
3. Evaluamos el estado digestivo, hormonal y metabólico del niño
Analizamos e investigamos posibles desequilibrios internos, como intolerancias alimentarias, problemas de absorción de nutrientes o alteraciones hormonales, que podrían estar interfiriendo en el equilibrio de la piel del pequeño.
¿Por qué acudir a una consulta de dermatología pediátrica?
La piel de cada niño es diferente y necesita atención propia. Por eso, tratamos cada patología cutánea con un plan personalizado.
La piel es un órgano que interactúa con el sistema inmunológico, nervioso y endocrino, por lo que las afecciones cutáneas crónicas pueden reflejar desequilibrios internos.
